Por naturaleza, por definirnos, por encontrar esa forma de ser que se forja a base de experiencias, por formarnos como ese ser único e inimitable, tendemos a fomentar diferentes tipos de búsquedas a lo largo de nuestras vidas. Ese afán por querer crecer en la niñez y lograr ser un adulto, ya como adultos lograr conseguir una familia, un trabajo, una formación, obtenido esto un mejor puesto de trabajo, etc. Todo tiende hacerse más complejo, más enrevesado, más complicado, y con ello, las cosas sencillas dejan de tener valor, como si inconscientemente se apartaran de la meta de uno porque no cumplen ningún papel....
Este alquimista no se dejó llevar por esa corriente, no la pudo admitir ni soportar, la gasolina que sirve de propulsión para obtener esos objetivos no se nutre de lo que se haya conseguido, sino de cuánto se disfruta de lo más simple, cómo un simple gesto puede provocarte hasta lo más profundo, cómo una mirada te hace estremecerte, un roce que te llegue al alma, con tiempo para detenerte y observar, apreciar el instante, dejarte llevar por él, admitirlo como ese momento único que te brinda la vida, y dejar que todos tus sentidos se centren en él, que admitan y recuerden las sensaciones que te producen desde quedarte mirando las estrellas, a observar a esa persona que te vuelve loco desnuda, a centrarte tanto haciendo el amor con ella que sientes que el alma es quien interviene, llevando el placer a un plano superior al meramente físico... Ya lo decían, los ojos son el espejo del alma. y con ello no se quiere decir otra cosa que a través de los ojos, uno puede ver mucho más allá, puede encontrar esa conexión invisible con lo que nos ata a esa otra dimensión donde existe esa pureza, Las miradas trascurren libremente, y sólo queda en cada individuo determinar qué impulsa su motor, pues cuando la gasolina de dos personas se obtiene de la misma fuente, se conecta pues se logra llegar lejos, ambos motores propulsados por la misma fuente... Es ahí donde dos individuos de este grupo conectan, con una mirada, de esas que hacen que dos personas se comuniquen con el alma de repente, y para que eso se produzca, debe existir esa chispa que incita a la comunicación en ese plano, una entornada de ojos que provoque que ambos individuos despierten de su realidad, y para ello deben estar preparados, probablemente por el hartazgo de la vida que tienen ante si, porque el rumbo que han elegido no les llena, porque sienten que no están caminando por una senda por la que desearían dar su paseo vital, y de esa rebelión surge esa atención que se presta al entorno, en busqueda de ese camino que los haga sentirse felices, completos, realizados con la vida que están llevando, emitiendo ese brillo y esa felicidad en su mirada que les llega a los demás, que hace que las personas descubran que algo sucede, que la mirada de esa persona denota algo distinto, una felicidad, una paz, una alegría que lo inunda todo y llena todo.....
Elegir esta senda fuerza a que esa búsqueda se mantenga constante, puesto que al no tratarse de algo físico y tangible, es difícil dejarse llevar y sentir que has completado tu objetivo. A trazos, por momentos, recoges esos frutos que te dan los árboles que encuentras por el camino de esta senda, y te sirven de alimento para seguir adelante, para que la lucha implícita en esa búsqueda no se detenga. Seguir encontrando árboles, para poder seguir alimentándose. es crucial tarea para este tipo de individuos, absortos en el detalle, profundos en su aspecto, sobrecargados de diferentes corazas para que no se detecte esa naturaleza tan sencilla, para que nadie la mancille y se aproveche de ella. Nadie dijo que fuera fácil, nadie prometió nada, nadie sabe si se alcanzará el objetivo o no, pero encontrarse en la búsqueda también satisface, también nos hace sentirnos plenos... Perder el norte, dejar de creer, recubrir algo tan sencillo de problemas y complejidades, todo eso hace que lentamente se vaya perdiendo ese objetivo.
Que no es otro que lograr ser feliz desde durmiendo en el suelo hasta comiendo en un restaurante de cinco tenedores.
Y tú, caminante, ¿ has elegido tú senda ? ¿ Has alcanzado tu objetivo? ¿ Qué buscas, una sencilla complejidad, una compleja sencillez,.... ?
Alquimista